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Ayudar a nuestros hijos a hablar en público

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Quizá no sea necesario que nuestros hijos sepan hablar en público, pero sí es muy conveniente, ya que antes o después van a tener que expresar sus ideas o contenidos. Esta habilidad se puede enseñar desde pequeños y nosotros podemos ayudarles.

Hablar en público es una habilidad que se puede aprender

¿Eres de esas personas a las que ponerse delante de un montón de gente a hablar le supone un gran esfuerzo y nerviosismo? ¿Sientes bloqueo cuando tienes que hablar ante otras personas? Hablar en público supone un gran esfuerzo para muchas personas, pero es algo que se puede mejorar.

Hay personas que tienen una facilidad natural para hablar delante de otras personas y expresar ideas sin ningún tipo de tensión. A otras, en cambio, les supone un gran esfuerzo o incluso no pueden ni siquiera llegar a hacerlo.

¿Cuándo es conveniente empezar a enseñarlo y qué se debe hacer para ello?

Empezar desde que son pequeños

Cada vez más, encontramos en las aulas y en los colegios actividades que son muy positivas para aprender a hablar en público:

Todas estas actividades permiten que los niños se acostumbren desde pequeños con naturalidad a exponerse delante de los demás. Al principio, puede que apenas hablen, pero aprenden poco a poco a estar delante de otras personas, a expresarse con su cuerpo y a tener presencia.

La importancia del entrenamiento 

No se trata solo de pedirles que hagan un trabajo oral, una exposición grupal o una representación, sino que es muy importante ensayarla previamente.

Igual que se dedica tiempo a estudiar el texto que tienen que decir o el contenido que tienen que exponer, se debe dedicar tiempo a aspectos importantes como:

  • El espacio que deben ocupar o dónde se deben colocar:

Simplemente, saber dónde deben estar les va a dar seguridad y se van a sentir refugiados en ese punto. Sirve para delimitar psicológicamente el espacio y sentirse así seguro en esa “parcela”.

  • Qué deben hacer mientras no hablan:

Cuando un niño está delante de otras personas, pero no es su turno de hablar, también puede pasar un momento de incomodidad o vergüenza.

Si les enseñamos a que se centren en escuchar a su compañero o repasar su discurso o, simplemente, tratar de hacer relajación, será un momento controlado para él.

  • Qué deben hacer mientras hablan:

Localizar varios puntos en el entorno de seguridad

Esos serán los puntos de anclaje en los que deberán centrar la mirada. Una vez que centren la mirada en esos puntos adquirirán calma y seguridad y podrán abstraerse del resto de personas o cosas que puedan servirles o de distracción o de estrés.

Al principio, especialmente, esta pauta es clave porque les ayudará a meterse en sí mismos y concentrarse. Una vez que tengan dominio y experiencia podrán ampliar su campo de visión.

Cuando comienzan a hablar es importante ayudarles a controlar varios aspectos:

1. La respiración:

Previamente a comenzar a hablar deberán hacer unas pequeñas respiraciones que les servirán para bajar el tono y calmarse, así como para colocar la voz.

2. El tono:

Hay que regular la intensidad. No debe ser ni muy fuerte, porque puede resultar molesto, ni muy suave, porque no se les escucharía.

3. La postura corporal:

Tener una postura correcta en el escenario les dará seguridad.

  • Si deben llevar algo en las manos

En ocasiones deben llevar algo en las manos. Es importante explicarles cómo deben hacer para evitar que se les caiga, que lo rompan o que se entretengan jugando con ello.

Todas estas pautas, trabajadas desde la infancia y dedicando tiempo a ello, pueden servir para que superen su posible timidez, sus miedos y sus inseguridades.

Lo más importante es pensar que todos somos capaces de hacer de todo, solo necesitamos que se nos den la oportunidad de hacerlo, que se nos enseñe cómo hacerlo y que se nos acompañe en el proceso.