cambio-instituto

¿Cómo ayudar a mi hijo adolescente si tiene que cambiar de instituto?

Algunas ideas para hacer el proceso más sencillo

Puntuar artículo

Un cambio de centro escolar siempre es complicado, pero en algunas edades, como la adolescencia, lo es aún más. Si tu hijo adolescente tiene que enfrentarse a este cambio, estos consejos pueden ayudarle.

Principales problemas que pueden surgir

La adolescencia es una etapa complicada, llena de cambios físicos, mentales y emocionales en la que los amigos son fundamentales. Por esta razón, cambiar al chico o chica de instituto a uno nuevo donde no conocerá a nadie y tendrá que integrarse de cero, puede resultar muy complicado.

Este cambio puede ser el detonante de problemas ya existentes

Obviamente, cuanto más tímido, introvertido y vergonzoso sea el adolescente, más le costará hacer nuevos amigos, por lo que la personalidad y la forma de ser son clave en el éxito o no de este cambio.

Entre los principales problemas que pueden surgir tras un cambio de centro escolar encontramos:

  • Reticencia o negativa a acudir a las clases.
  • Bajo rendimiento escolar y notas bajas.
  • Problemas para hacer amigos nuevos, aislamiento o incluso bullying al ser “el nuevo”.
  • Problemas en casa, discusiones y enfrentamientos con los padres, a los que culpa de sus nuevos problemas.
  • Depresión, ansiedad e incluso intentos de suicidio.

En la mayoría de los casos, los problemas son leves y se solucionan solos en cuanto el chico consigue hacer amigos nuevos. Sin embargo, en algunos casos este cambio puede ser el detonante de problemas ya existentes o crear situaciones muy complicadas que el adolescente no sepa afrontar. Esto puede suponer un riesgo grave para su salud mental e incluso física.

Por eso, debemos estar muy atentos ante cualquier cambio en el chico o señal que indique que algo no va bien. Por ejemplo, irritabilidad o agresividad, problemas para dormir, encerrarse en su habitación, apatía, tristeza, autolesiones o trastornos con la alimentación, para ayudarle lo antes posible.

¿Cómo ayudar al adolescente con este cambio?

Lo primero que debes hacer es explicarle el porqué de este cambio. Así, no lo verá como un castigo, una imposición vuestra o una forma de amargarle la vida. Puede que sea algo obvio como cambiaros de ciudad, pero también puede que el motivo esté relacionado con problemas en el anterior colegio. Por eso deberá quedarle claro que este cambio es por su bien.

Además, debes hablarle siempre en positivo y mostrarte contento con este cambio para que entienda la parte buena de todo este proceso.

Una vez empiece en el nuevo centro, ayúdale a hacer amigos, apuntándole a actividades en las que pueda relacionarse con otros compañeros, dejándole quedar con sus compañeros fuera del centro o invitando a algunos a casa para que pueda ir forjando una amistad.

Habla con sus profesores para saber cómo se adapta al centro y saber qué problemas pueden surgir en el mismo, ya que los adolescentes suelen ser reticentes a hablar con los padres de sus problemas. Así sabrás no solo cómo va académicamente, sino también cómo se relaciona con los demás o si hay problemas de acoso escolar.

Estate atento a posibles señales de ansiedad y depresión y, ante cualquier signo preocupante, trata de hablar con él para averiguar qué le pasa y si es necesario buscar ayuda de un profesional de psicología.

No menosprecies los problemas que te cuente, aunque te parezcan nimios, ya que pueden ocultar algo más grave o, simplemente, hacer que pierda su confianza en ti. Debes siempre escucharle con atención y prestarle tu apoyo y comprensión para que tenga la seguridad de que puede contar contigo.

Si tiene problemas académicos, por el hecho de que su nivel es más bajo que el del nuevo centro, puedes buscar un profesor de apoyo, además de preguntar a sus profesores cómo podéis ayudarle desde casa para ponerse al nivel de los demás.

Lo más importante para ayudarle a superar este cambio es apoyarle siempre, estar pendiente de sus posibles problemas y mostrarle tu amor para que no se sienta solo.