En el marco del Día Internacional de la Mujer, no podemos ignorar la notable brecha de acceso y educación digital que todavía prevalece entre mujeres y hombres. Con el fin de promover una visión más igualitaria, la UNESCO propone ciertas medidas al respecto.
Nos gusta pensar que en la actualidad nos consideramos bastante más conscientes e intencionales cuando hablamos de una visión igualitaria. Tenemos razones para creer que sí. La conquista de determinados derechos laborales, sociales, de salud o educación en favor de las mujeres alrededor del mundo no son para nada deleznables.
Casi en paralelo, la irrupción de la digitalización en los hogares, espacios de trabajo, escuelas, universidades e instituciones trajo consigo no sólo todo tipo de preguntas, beneficios, consecuencias y efectos. También significó que todos nos encontremos conectados de forma continua, ¿no? Bueno, no exactamente.
Brecha digital femenina
Aunque nos cueste creerlo, la UNESCO ha compartido una investigación reciente en la cual se calcula que el 37% de mujeres en el mundo no tiene acceso real a las tecnologías y, por lo tanto, a la digitalización igualitaria. Y si miramos las estadísticas del uso de dispositivos electrónicos de mujeres de países en desarrollo, la brecha con los hombres es aún más significativa.
Esto supone una gran problemática, ya que aunque nos encontremos dando pasos importantes en materia de derechos físicos y laborales “tradicionales”, el reloj de evolución digital corre a un ritmo completamente distinto.
Sin ir más lejos, el reciente boom de la inteligencia artificial que implica una gran demanda de profesionales, solo cuenta con un 22% de científicas o investigadoras mujeres.
Por lo tanto, si existen en este momento millones de mujeres que por cuestiones culturales, religiosas o socioeconómicas no pueden siquiera utilizar las tecnologías más básicas, difícilmente puedan proyectarse como profesionales dentro del universo cada vez más interconectado.
Por si esto fuera poco, incluso las mujeres que acostumbran a utilizar sus dispositivos se ven también vulneradas. En un importante estudio que involucró a más de 50 países, cerca del 38% de las mujeres participantes aseguran haber sufrido violencia en línea.
¿Qué se puede hacer para revertir esto?
Con motivo de conmemorar el Día Internacional de la Mujer, la UNESCO está actualmente fomentando una campaña en favor de un mundo digital inclusivo y de la igualdad de oportunidades para la innovación y el trabajo.
Bajo este contexto, la UNESCO destaca 4 medidas necesarias y urgentes:
1. Eliminar todas las barreras para acceder al mundo digital
Para lograrlo, no solo basta con reducir el costo de dispositivos para que todos puedan acceder a ellos. La brecha tecnológica toca fibras sensibles ligadas a las condiciones económicas, educativas o geográficas que cada mujer experimente.
Por lo tanto, es necesario unir fuerzas entre gobiernos y organizaciones para abordar problemas de infraestructura, acceso a la electricidad, la alfabetización o la seguridad online.
2. Educar y capacitar a mujeres y niñas en STEM
Para alentar a las mujeres con capacidades y propósitos profesionales ligados a la ciencia, las tecnologías, la ingeniería o las matemáticas (Science, Technology, Engineering and Mathematics), es indispensable una fuerte mejora en las conexiones de banda ancha en colegios y universidades.
Además, se precisa de un programa específico que incluya referentes STEM mujeres para que aquellas jóvenes interesadas puedan identificarse y confiar sin prejuicios culturales.
3. Permitir que las mujeres creen tecnología que satisfaga sus necesidades
La falta de acceso a las tecnologías son solo parte del problema para muchas mujeres. Incluso si logran acceder, no siempre estas tecnologías se ajustan a las necesidades de su propia realidad, y esto es porque no fueron tenidas en cuenta al momento de su creación. Esto genera un profundo desinterés, falta de escucha y frustración en muchas mujeres marginadas social y tecnológicamente.
4. Eliminar la violencia de género en línea
Aunque a veces se piense que el mundo digital “no es real” y por lo tanto es “inofensivo”, no podemos subestimar el alcance que tiene la violencia digital. Aún cuando una mujer se desconecta de su computadora, la violencia que acaba de experimentar sigue siendo parte de su realidad e influencia consecuencias de naturaleza psicológica, sexual, política y hasta física.
Resulta entonces fundamental diseñar normas de convivencia ampliadas al plano digital y asegurar su cumplimiento, alentando a denunciar y acompañar a cualquier persona damnificada o agredida virtualmente.