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¿Cómo sobrellevar que tu adolescente siempre te lleve la contraria?

¿Por qué al llegar la adolescencia nos dicen que “no” a todo?

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La adolescencia es una época de cambios que puede resultar complicada para la familia, sobre todo cuando empiezan a negarse a todo y a llevar la contraria a los adultos. ¿Cómo sobrellevar esta etapa?

¿Por qué los adolescentes siempre nos llevan la contraria?

Es común que los adolescentes pongan a prueba los límites y afirmen su independencia a medida que desarrollan sus propias identidades y autonomía.

La comunicación es la clave para mejorar la relación con los adolescentes

Es natural que quieran tomar sus propias decisiones y forjar su propio camino, y esto a veces puede implicar ir en contra de los deseos o reglas de sus padres. Tampoco es raro que los adolescentes desafíen la autoridad y expresen su desacuerdo con los puntos de vista de sus padres.

Se trata, por lo tanto, de actitudes habituales que pueden agravarse si el adolescente está cansado, alterado, irritable, estresado o preocupado…

Sin embargo, es importante recordar que cada adolescente es diferente y puede haber una amplia gama de razones por las que un adolescente puede actuar de esta manera.

También es importante tener en cuenta que, si bien el conflicto con los padres es una parte normal de la adolescencia, es importante que tanto los padres como los adolescentes se comuniquen abiertamente y traten de encontrar una manera de resolver los conflictos y llegar a un entendimiento mutuo.

¿Cómo actuar cuando tu hijo siempre te lleva la contraria?

Puede ser frustrante cuando tu hijo te contradice, pero es importante recordar que es una parte normal del proceso de crecimiento y desarrollo de la independencia. Aquí hay algunas estrategias que pueden ayudarte a sobrellevar esta etapa:

  1. Mantén la calma: puede ser fácil enfadarte cuando tu adolescente te contradice, pero trata de mantener la calma y la compostura. Esto puede ayudar a calmar la situación y hacer que sea más fácil tener una conversación productiva.
  2. Escucha activamente: anima a tu hijo a expresar sus pensamientos y sentimientos y trata de escuchar realmente lo que tiene que decir. Esto puede ayudar a generar confianza y comprensión en la familia.
  3. Valida sus sentimientos: hazle saber que comprendes cómo se siente y que sus sentimientos son válidos. Esto puede ayudar a calmar la tensión y reducir su enfado.
  4. Establece límites: es importante establecer límites y normas claros para tu hijo, tenga la edad que tenga. Hazle saber qué comportamiento es aceptable y cuál no lo es.
  5. Busca ayuda externa: si la situación se vuelve demasiado difícil de manejar, considera buscar la ayuda de un terapeuta u otro profesional de la salud mental que os den estrategias y herramientas para evitar que esta etapa más complicada acabe en conflictos más serios.
  6. Evita los gritos, los discursos largos y moralistas, los insultos y humillaciones, regañarle en público o delante de sus amigos, la agresividad, dejar de hablarle durante un tiempo o la indiferencia.
  7. Procura también evitar aquellos temas que puedan acabar en conflicto, recuerda que los adolescentes son expertos en discutir por discutir, así que no caigas en la trampa de las discusiones inútiles.
  8. Evitar pensar que siempre tienes razón solo por el hecho de ser adulto y ser su progenitor. Seguro que habrá veces en las que él tenga razón. Todos nos podemos equivocar, nosotros también, y hay que saber aceptarlo y reconocerlo.

Con calma, paciencia, comunicación y mucho amor podremos ir llevando esta etapa que suele durar solo un par de años, así que ¡ánimo!