Hace tiempo que el cine infantil ha logrado romper barreras con ciertas temáticas limitadas al cine adulto. En la actualidad, Disney y Pixar se han encargado de subir la vara una y otra vez. Presentamos algunos ejemplos de ayer y hoy para aprender y compartir con toda la familia.
Un puente maravilloso entre dos universos aparentemente muy distintos como son la infancia y la adultez
Durante gran parte del siglo XX y XXI, las películas de Disney y Pixar han capturado la atención y la pasión infantil en todo el mundo. El nivel de creatividad en suma con un despliegue visual cada vez más impresionante asombra a la audiencia más pequeña película a película.
Lo curioso es que el contenido de estas no se limitó a un tipo de público solamente, ya que son cada vez más los adultos que reconocen lo mucho que disfrutan y aprenden con estos largometrajes.
Encontramos aquí un puente maravilloso entre dos universos aparentemente muy distintos como son la infancia y la adultez. Y con esto, la posibilidad de explicar, experimentar o acercar conceptos densos o profundos que de otra manera podrían resultar demasiado pesados para nuestra familia.
¿Pero son siempre estos tópicos tan explícitos en el cine? ¿Cómo se las arreglaron estas productoras de contenido para introducir semejantes temáticas sin dejar de entretener a millones de espectadores? Aquí van algunos ejemplos de ayer y de hoy para reflexionar:
Películas de Disney y Pixar para reflexionar
Mulán
Esta historia retratada en las vastas tierras de China nos relata la vida de Mulán, hija de un emblemático soldado del cual anhela seguir sus pasos. Sin embargo, tanto en su entorno familiar como social se encargan de recordarle una vez que esa vocación es solo para hombres, y que ella debe sostener la figura de una mujer servicial y espléndida. Esto no detiene a Mulán de buscar priorizar su propia identidad y camino, aunque para hacerlo deba imitar la apariencia masculina.
“Mulán” es una de las primeras películas animadas que se atrevió a cuestionar temáticas ligadas a la misoginia y los prejuicios del patriarcado. Al mismo tiempo, destaca la figura de la mujer y su tenacidad para perseverar y lograr grandes proezas con inteligencia en una sociedad profundamente machista.
Grandes Héroes
Las aventuras de Hiro tienen un gran atractivo para el público más pequeño: su coeficiente intelectual es tan alto que posee el talento de construir y darle vida a robots con capacidades inimaginables. Sin embargo, un terrible accidente causa la muerte de un querido familiar de Hiro, y este debe lidiar con esa pérdida y el proceso de luto que esta implica a lo largo de todo el film.
Felizmente, Hiro no estará solo, ya que se encuentra acompañado por Baymax, un robot diseñado para el cuidado de la salud. Este se encargará de ayudarlo a reconectar con sus amistades y su mundo exterior. “Grandes Héroes” no solo retrata maravillosamente las etapas de duelo, sino también cuestiones ligadas a la salud mental, el deseo de venganza y el abandono.
El Jorobado de Notre Dame
Aunque han pasado décadas desde su estreno, esta ya clásica película fue una de las apuestas de Disney más osadas en su momento y las muchas temáticas que aborda en menos de dos horas continúan siendo sumamente relevantes al día de hoy. El film, transcurrido en la ciudad de París, está protagonizado por Quasimodo, Esmeralda y el ministro Frollo. En él se presentan tópicos sumamente oscuros como el bullying, el acoso sexual y el racismo, la pobreza, la corrupción y hasta el genocidio.
Intensamente
No podíamos dejar afuera una de las películas animadas de Pixar más premiadas y reconocidas de los últimos tiempos. Dentro de sus logros más destacables, podemos destacar la increíble creatividad para retratar el aparato psíquico y su desarrollo en el paso de la infancia a la adolescencia, así como también la complejidad emocional humana.
Aun así, las preguntas más “polémicas” que surgen y reaparecen durante toda la película son: ¿debemos estar siempre alegres? ¿Por qué tendemos a ver la tristeza como algo negativo y evitable? El mensaje de esta película es tan potente como certero: la depresión no solo es muy real, sino que puede alcanzar a cualquier persona, incluso dentro de la infancia. También nos desafía a dejar de romantizar la alegría para entender el rol de nuestras emociones, aprender a amarnos incondicionalmente y aspirar finalmente una vida mucho más sana.