Da igual la edad que tengan los hijos, su acceso al mundo digital debe estar siempre supervisado y regulado por los padres, sobre todo, durante el tiempo libre. Regular el consumo digital de los hijos no consiste únicamente en poner límites de tiempo… En ocasiones, parece que los hijos saben más que los padres en cuanto a tecnología, pero la realidad es que esto es indiferente.
El aumento del consumo digital en los menores se debe gestionar sin conflictos familiares
Los padres siempre pueden informarse sobre el uso de las tecnologías para que sus hijos hagan un buen uso en el tiempo libre, es más, son la clave fundamental para que los hijos aprendan a regularse y a autocontrolarse en el consumo digital. La tecnología no es un enemigo que aleja a las familias, ni mucho menos. Puede incluso ser un aliado de acercamiento.
Actividad y consumo digital
Todos tenemos una vida digital, pero no es buena idea centrarse únicamente en el tiempo que se pasa delante de las pantallas. El uso que se hace a la tecnología es lo que realmente importa para que haya una buena regulación del consumo digital de los hijos durante el tiempo libre.
Es importante diferenciar el uso que se hace de los dispositivos. No es lo mismo que los hijos estén viendo un vídeo en YouTube sobre un tutorial para hacer una manualidad (sería un consumo activo) que pasarse una hora viendo vídeos en YouTube sin sentido de forma pasiva (sería un consumo pasivo).
Los progenitores tienen la obligación de ofrecer alternativas a los niños con actividades que les gusten y les entretengan como, por ejemplo: jugar con plastilina, dibujar, cocinar, realizar construcciones, etc. Los progenitores deben ser los mediadores para encontrar el equilibrio entre el mundo digital y el mundo real de los niños.
De esta manera y con el tiempo, los niños serán capaces de autorregular su consumo digital, pero para conseguirlo primero necesitan la guía de sus progenitores. También aprenderán que no es lo mismo el consumo digital (ver series, usar redes sociales, etc.) que la actividad digital (aprender a través de apps, hablar con otras personas, etc.). Es decir, aprenderán a diferenciar lo que es el uso pasivo y activo del consumo digital.
Normas para la regulación del consumo digital
Lo primero a tener en cuenta para la regulación del consumo digital y que los niños aprendan a hacerlo por sí mismos es establecer unas normas. Todos los hogares necesitan unas normas y límites de convivencia digital. Lo más importante a recordar:
- No ver de manera negativa la tecnología y pensar en lo positivo que puede aportar a los hijos: enseñar a los hijos que la tecnología es una oportunidad de aprendizaje con un buen uso.
- Mantener una comunicación activa con los hijos sobre las tecnologías y el tiempo libre. Ofrecerles tiempo de pantalla y consumo activo, así como actividades en la vida real.
- Adaptar las normas dependiendo de cada familia. Las normas pueden ser flexibles e ir cambiando dependiendo de las circunstancias y las características de cada niño o niña.
- Educar desde la calma. Es posible que los niños se rebelen o que no quieran cumplir con las normas que se establezcan en el hogar. En este caso habrá que mantenerse firmes y establecer consecuencias pactadas con anterioridad con los hijos en caso de no cumplir con las normas.
En definitiva, es importante trabajar la confianza con los hijos y no sentir que la tecnología o el consumo digital es el enemigo… más bien todo lo contrario. Puede ser un gran aliado sin conflictos en el hogar, siempre y cuando se encuentre el equilibrio entre la vida real y la digital.