Hablar de sexualidad puede ser un desafío para la familia. Pero no hacerlo en tiempo y forma puede tener consecuencias importantes en la vida de nuestros hijos, por lo que acercamos algunas sugerencias a la hora de abordar este tipo de conversaciones.
Una realidad
Si hay algo que no podemos detener o evitar es el paso del tiempo. Y con los años, nuestros hijos crecen y con ellos vienen nuevos desafíos, inquietudes y preguntas.
Hasta hace no demasiadas décadas atrás, hablar de sexo en familia solía ser un tema para muchos considerado tabú o como mínimo difícil de abordar.
En la actualidad, sabemos que esto cambió notablemente en gran parte del mundo. Ya sea por conversaciones de pasillo en el colegio, series, películas, por supuesto, las redes sociales, hoy es un tema que se aborda con más «naturalidad».
Por esta y otras razones, como padres podemos sentirnos muchas veces acorralados y amenazados con la temática por varios frentes. Postergarlo o ignorarlo parece que ya dejó de ser una opción, ya que todo espacio vacío tiende a llenarse, sean buenas o malas influencias.
Y claro que nos preocupa poder tener charlas más sanas , sinceras y cuidadas con nuestros hijos al respecto. ¿Pero cómo hacerlo?
Aquí dejamos algunas pautas a tener en cuenta:
1.Establecer un ambiente de confianza y respeto mutuo
Lo primero es lo primero. Un tema tan importante merece un espacio de muchísima confianza y comodidad.Y esto aplica para ambos lados seguros al hablar sobre temas de sexualidad. Es fundamental crear un espacio donde se pueda hablar abiertamente y sin prejuicios.
2. Abordar el tema de manera natural y sin tabúes:
Aunque todavía nos cueste, debemos tomar como prioridad no abordar la sexualidad como un tema prohibido o vergonzoso. Alcanzar un lenguaje más cercano y sin tanta formalidad (sin olvidar que son nuestros hijos y no nuestros amigos, claro) ayuda a que ellos se sientan más cómodos y abiertos a dialogar.
3.Escuchar activamente:
Como padres, nos cuesta no dar respuestas o soluciones después de escuchar a nuestros hijos. En algo tan delicado como la sexualidad, escuchar atentamente a los hijos SIN responder y mostrar interés en sus opiniones y preguntas puede ser determinante. Esto ayuda a fortalecer más aún la comunicación y a un ambiente de confianza.
4.Promover una educación sexual integral
Es importante que la educación sexual no se limite sólo a la reproducción, sino que también incluya aspectos como el respeto, la igualdad de género, la diversidad sexual y la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Por esta razón, probablemente ya no alcance una sola conversación, sino varios encuentros de manera espontánea.
5.Fomentar la autonomía y la toma de decisiones
Aunque los acompañemos en buena parte de su camino, tenemos que aceptar que nuestros hijos son los que van a tomar las decisiones con su sexualidad. Por lo tanto, educarlos adecuadamente nos va a permitir aceptar y confiar en su criterio, y que ellos se sientan más seguros, informados y responsables a la hora de decidir.
6.Estar abiertos a aprender juntos
La educación sexual es un proceso continuo y en constante evolución y que parece no detenerse. Es importante que tanto padres como hijos estén abiertos a aprender juntos y a informarse sobre los avances culturales y científicos en el tema de la sexualidad.
Evidentemente hay mucho por aprender y poner en práctica con esta temática. Sin embargo, no debemos replegarnos ante una realidad que cada día está más al alcance de la mano de nuestros hijos.
