La importancia de fomentar en nuestra familia las amistades que pueden nacer durante el receso escolar y su impacto tanto a nivel social como emocional, tanto en la infancia como en la adolescencia
Conexiones a cultivar en los diferentes entornos
Uno de los principales focos de una escuela es el educativo, sí, pero existe un consenso bastante amplio a nivel mundial de cómo el ámbito escolar puede ser un gran estímulo para cultivar las primeras amistades. Algunas sobreviven al paso del tiempo y otras no, pero la importancia que tienen durante la infancia y la adolescencia parece ser indiscutible.
Eventualmente el ciclo lectivo termina, llegan las vacaciones y quizá muchos compañeros se van con sus familias a otras locaciones a descansar y de repente nuestros hijos se quedan “sin amigos” con quienes compartir, durante una temporada.
Felizmente la escuela no es el único semillero de amistades. De hecho, no son pocos los niños o adolescentes que logran más amistades significativas fuera del entorno escolar. Y el período del receso escolar puede ser fundamental para expandir ese repertorio de posibles relaciones para nuestros hijos.
Entonces ¿Cuál puede ser el impacto que pueden tener estas “amistades de estación” en la vida de nuestra familia?:
1. Diversidad cultural:
Si emprendemos un viaje a otra localidad, ciudad o país, los niños y adolescentes pueden conocer a personas de diferentes lugares, y por lo tanto, culturas diferentes. Esto les brinda la oportunidad de aprender sobre nuevas tradiciones, costumbres y formas de vida, lo que fomenta la apertura cultural y la comprensión de la diversidad.
2. Desarrollo de habilidades sociales:
Hacer nuevos amigos durante las vacaciones les permite a los niños y adolescentes practicar sus habilidades sociales, como la empatía, la comunicación y la colaboración. Estas interacciones les ayudan a desarrollar una mayor confianza en sí mismos y a sentirse más cómodos al relacionarse con personas nuevas.
3. Ampliación de horizontes:
Por supuesto que también pueden exponer a los niños y adolescentes a nuevas experiencias y actividades. Esto incluye la práctica de deportes o juegos que no son comunes en su entorno habitual, lo que les permite descubrir nuevos intereses y talentos, manteniendo un espíritu de juego y de inclusión.
4. Apoyo emocional:
Los niños y adolescentes pueden encontrar consuelo y compañía en sus nuevos amigos, especialmente si están lejos de su entorno familiar y se sienten solos. El hecho de que estos amigos no tengan ninguna conexión con “la vida habitual” también favorece a que nuestros hijos puedan sentirse refrescados y en confianza para compartir más tiempo con ellos.
5. Creación de recuerdos duraderos:
Este tipo de amistades pueden resultar en la creación de recuerdos especiales y duraderos. Los momentos compartidos con amigos durante las vacaciones pueden convertirse en experiencias significativas que los niños y adolescentes asesorarán en el futuro, y en muchos casos no sólo como un simple recuerdo.
6. Desarrollo de la autoestima:
Hacer amigos durante las vacaciones puede contribuir al desarrollo de la autoestima y la confianza en sí mismos. El sentimiento de ser aceptado y valorado por otros puede tener un impacto positivo en la percepción que los niños y adolescentes tienen de sí mismos.
En resumen, las amistades que nacen durante los periodos vacacionales ofrecen una variedad de beneficios para los niños y adolescentes, incluyendo la oportunidad de aprender sobre diferentes culturas, desarrollar habilidades sociales, ampliar horizontes, recibir apoyo emocional, crear recuerdos duraderos, establecer conexiones internacionales y fortalecer la autoestima. Estas amistades pueden enriquecer la vida de los niños y adolescentes, brindándoles experiencias significativas y relaciones que pueden perdurar a lo largo del tiempo.
