Soñar es un proceso que todos experimentamos. Ya sea en un sentido literal o incluso artístico, los sueños forman parte de nuestro lenguaje, de nuestro día, y de nuestra noche, incluso cuando no lo percibimos.
Aún así, probablemente no conozcas demasiado acerca de lo de qué es exactamente este fenómeno y cómo se produce dentro de nuestro cuerpo.
El sueño: un estado de renovación
El sueño es considerado uno de los estados de nuestra conciencia. Pero para entenderlo mejor, tenemos que antes hablar del estado de vigilia. ¿Qué es esto? Básicamente es el estado en el que (muy) probablemente te encuentres ahora mismo: Con todas tus facultades mentales para pensar, observar, percibir, hablar, escribir o relacionarse con otros.
Se lo llama “vigilia” porque en alguna medida nuestro cerebro se encuentra en “alerta” para poder atender nuestras necesidades básicas, siendo absolutamente conscientes de nuestras acciones durante todo el proceso.
Con esto en mente, entendemos que el sueño es justamente el opuesto al estado de vigilia. En términos formales, es un estado donde se produce la recuperación de nuestro organismo a nivel físico. Durante este período, nuestro corazón late más lento, y el ritmo respiratorio también. La presión arterial y el flujo sanguíneo de todo el cuerpo también disminuye en intensidad. ¡Para visualizar esto mejor, podríamos incluso compararlo con el “modo ahorro de batería” de nuestro teléfono!
Y aunque durante este fenómeno nuestra conciencia se ve alterada, la actividad del cuerpo nunca se detiene realmente. Las ondas cerebrales que se mueven con una determinada frecuencia en el estado de vigilia, se irán modificando ampliamente según la fase de sueño en la que nos encontremos.
Las etapas del sueño
Existen 5 etapas que se repiten cada vez que dormimos: 4 de ellas pertenecen al llamado sueño NO-REM.En la primera etapa, la sensación es de un sueño liviano que transiciona lentamente de la vigilia al sueño. En la segunda y tercera etapa, aunque nuestro cuerpo se relaja notablemente, todavía estamos en condiciones de despertarnos fácilmente. Solo hasta la cuarta etapa (sueño Delta) es que nos encontramos profundamente dormidos. A pesar de todo este complejo proceso y aunque cueste creerlo, hemos logrado dormirnos efectivamente pero todavía no hemos ni siquiera empezado a soñar.
Estas 4 etapas se presentan en orden y luego pueden también alternarse para finalmente alcanzar la 5° etapa: la famosa fase REM. Sus siglas corresponden al término Rapid Eye Movement (movimientos oculares rápidos) y esto se debe a que, aunque nos encontremos con los párpados cerrados, nuestros ojos comenzarán naturalmente a moverse de forma frenética.
Aquí es el momento donde efectivamente soñamos como tal y donde se produce la imagen onírica o la imagen de sueño en el cerebro. El sueño REM a veces se lo conoce como sueño paradójico.
Esto se debe a que, si bien desde afuera el ser humano parece encontrarse en un estado relajado y apacible, internamente el organismo se encuentra con un altísimo nivel de actividad. El fenómeno incluye un aumento en la temperatura corporal, la frecuencia respiratoria y el consumo de oxígeno.
Sin duda el sueño es fundamental para la salud de cualquier persona, pero todavía tiene más importancia para los bebés y niños. El sueño permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para su desarrollo físico y emocional. También les ayuda a tener una mejor actitud o comportamiento, y a estar de mejor humor y menos irritables. Además, les ayuda a mejorar su capacidad de aprendizaje, lenguaje y memoria.