Puede que lo hayas escuchado nombrar más de una vez, y más últimamente. El método Montessori se encuentra hoy en boca de muchos pero ¿De qué se trata realmente?
Montessori apunta a que los niños sean sus propios maestros
Si bien este método pisa fuerte en la actualidad, en realidad no es para nada nuevo. Se trata de una metodología educativa italiana que data de 1907, desarrollado por la Dra. María Montessori y está centrado en el respeto hacia el aprendizaje natural. Esta pedagogía alternativa de educación difiere de la educación tradicional en varios aspectos y se practica alrededor de todo el mundo.
Montessori apunta a que los niños sean sus propios maestros. Por así decirlo: tiene que ver con permitirles desarrollar sus preferencias personales, respetar sus procesos y confiar en sus grandes capacidades de aprendizaje.
El método abarca todas las etapas vitales y periodos educativos desde el nacimiento hasta los 18 años de edad, y su principal misión es que los niños y niñas alcancen la independencia, autonomía, iniciativa, elección propia, voluntad y autodisciplina a través de la existencia y rol de diversas piezas fundamentales.
Para esta filosofía existen tres pilares principales, sobre los que se levanta:
- El niño y su capacidad de aprendizaje y absorción.
- El adulto como guía.
- El ambiente preparado con el cual interactúan en la infancia.
Estas tres piezas, y su mutua interrelación, resultan clave para la filosofía Montessori.
El niño
El método hace hincapié en la formación y realización del ser humano de forma completa e integral. Es por esto que la educación de cada niño es única, singular, centrada en el desarrollo emocional, social, físico y cultural. Esta filosofía confía en su capacidad casi ilimitada y espontánea para aprender. Al principio inconsciente y luego más consciente, María Montessori apuntaba a otorgarles un papel activo en su propio aprendizaje.
En las escuelas Montessori, los niños y las niñas no son divididos por salas o grados de acuerdo a la edad como en la escuela tradicional, sino por franjas de edad. Esto tiene como fin la promoción de la socialización, la responsabilidad, el respeto y la solidaridad: en un espacio con infantes de 3 a 6 años, por ejemplo, los más grandes ayudarán y enseñarán a los más pequeños.
El adulto
Los adultos ocupan un rol de observadores y guías, estimulando los esfuerzos durante la infancia, pero permitiéndoles pensar por sí mismos. Este rol tiene como finalidad el desarrollo de la confianza y disciplina propia. La idea no es transmitir todos los conocimientos en bandeja o adoctrinar a los niños, sino realizar explicaciones pequeñas para luego ocupar rol de espectador.
Los adultos cercanos resultan el mejor modelo, es por esto que el método cuida el trato hacia los niños, haciendo foco en valorarlos, respetarlos, confiar en ellos, escucharlos y apoyarlos. Que los niños se desarrollen por sí solos, libremente, en un contexto que comprende, abraza y orienta es uno de los objetivos principales.
Los adultos resultan así, los encargados de mostrar las potencialidades que existen en su entorno al alumnado, siempre con empatía, amor y límites claros pero no opresores.
El ambiente
Esta filosofía se caracteriza por proveer y poseer un ambiente preparado, en el cual cada elemento y objeto tiene un objetivo puntual en el desarrollo de los infantes. La idea es que los niños puedan interactuar libremente con el ambiente, a elección. Esto promueve la concentración, el desarrollo de las preferencias personales, el compromiso y la exploración. Los pequeños interactúan con materiales pensados y diseñados para desarrollar habilidades cognitivas y para que ellos puedan aprender a manipularlos por sí solos, haciéndose cargo de sus aprendizajes.
Los espacios y los objetos priorizan la armonía, el orden y la belleza, siendo acordes al tamaño y edad de los niños, y a la realización de tareas individuales o grupales. Algunas de las características de los ambientes Montessori son los estantes bajos, mesas de diferentes alturas, la utilización suelo, rincones de observación y silencio, la naturaleza, material didáctico propio, el uso de materiales nobles para la construcción de objetos y mobiliario.
El método afirma que los niños necesitan ambientes adecuados que fomenten su crecimiento, aprendizaje y despliegue de su potencial. Es por esto que el orden, la seguridad, el diseño y la accesibilidad a los materiales resultan factores irremplazables en cualquier ambiente Montessori.
Este método puede sonar muy distinto a lo que conocemos como educación tradicional, pero goza de muchos beneficios que vale la pena explorar. Entre ellos se encuentran el desarrollo de funciones ejecutivas, la estimulación de capacidades individuales, el aprendizaje activo, la cooperación, socialización y la creatividad.
Por sus particulares características, este método posee tantos amantes como disertantes… Ahora que lo conoces mejor: ¿Vos qué opinas?