Los padres somos los primeros educadores. Nuestros hijos se comportarán y se relacionarán con los demás como lo hagamos nosotros con ellos y según establezcamos los criterios de trato, respeto, uso de las cosas y saber estar.
Las personas con buena educación se sienten bien y saben disfrutar de la vida
Es habitual que los padres se quejen de que sus hijos o hijas no tienen buen comportamiento fuera de casa: entran a las tiendas y lo tocan todo, no respetan, no tienen paciencia, su actitud y lenguaje corporal deja mucho que desear, etc.
Todo ello y otras muchas cosas no se consiguen en un día, ni en una edad, se obtiene a lo largo de los años con paciencia y mucho cariño.
La buena noticia es que, con unas prácticas, límites y nuestro modelo, obtienen los buenos modales que llevarán consigo allí donde estén y con quien estén.
El comportamiento en la mesa
Uno de los momentos más enriquecedores es la comida en familia. Es un rato agradable para estar juntos, relacionarnos y aprender.
Se puede aprovechar para contar lo que ha sucedido en el día, narrar anécdotas divertidas, hablar de los planes para el fin semana y de todo lo que queráis.
Para los más pequeños podemos realizar una ronda donde contemos todos qué es lo que más nos ha gustado del día y lo que menos.
Debemos adquirir cuanto antes buenos modales en la mesa para saber comportarnos durante las comidas, en casa y fuera de ella.
Ideas para llevar a la mesa:
- Poner la mesa,
- Lavarse las manos antes de comenzar.
- Sentarse correctamente.
- No empezar a comer hasta que todos estén servidos.
- Utilizar correctamente los cubiertos.
- Masticar bien los alimentos.
- No hablar con la boca llena
- Otras muchas pautas que podemos ir estableciendo.
El buen comportamiento en la mesa es muestra de respeto.
El trato hacia los demás
En el trato con los demás, entre los miembros de la familia y con el resto, debemos mostrar respeto y compresión.
Lo primero es respetarnos como somos y ayudarnos en lo que necesitemos.
Trataremos a las personas no como creemos que se merecen o por cómo nos tratan a nosotros, sino como personas que son.
La dignidad de la persona crece cuando nos portamos bien, cuando queremos a los demás y les ayudamos. Por eso tratamos bien no solo a los miembros de nuestra familia, sino a todas las personas que nos rodean o que se acercan a nosotros por el motivo que sea.
Los demás forman parte de nuestra historia personal y nos hacen crecer como personas.
Para completar una buena comunicación con los demás no bastan las palabras. La actitud ante nuestro receptor y nuestro lenguaje corporal son igual o más importantes para que el mensaje llegue de una forma correcta.
Las normas de cortesía ayudan a obtener los buenos modales. Se trata de que nuestros hijos completen los buenos valores.
Ideas para hacer la vida más agradable a los demás:
- Tratar a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
- Hablar con un tono de voz adecuado.
- Pedir permiso antes de coger cualquier objeto ajeno.
- Ser puntuales.
- No hablar mal de alguien.
- Dar las gracias y ser agradecido.
- Pedir perdón y saber recibir el perdón.
- Escuchar al que está hablando.
La adquisición de los buenos modales, en su comportamiento habitual, hace que sepan comportarse en cualquier ocasión, en todos los momentos de su vida y en su relación con los que les rodean.
Las personas que tienen buena educación suelen llegar muy alto, se sienten muy bien con ellos mismos y saben disfrutar de la vida.