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¿Necesitamos todo lo que compramos?

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Entrando en las fechas que se acercan sería bueno hacer una pequeña reflexión de nuestras necesidades y las de nuestra familia para evitar que “el monstruo del consumismo” nos invada y “perdamos el norte”.

Es fundamental que entiendan que lo material no es lo importante

La maquinaria del marketing está en continuo funcionamiento y en esta época, más. Cuando educamos no podemos bajar la guardia, aunque en momentos como estos, es fácil dejarnos llevar.

Las necesidades nos las creamos nosotros mismos, pero nos ayudan a reforzarlas en un mayor grado la sociedad y las grandes empresas del marketing a través de las redes y continuo “bombardeo” de imágenes y mensajes subliminares.

Poner en práctica la voluntad

Es el momento de poner en práctica nuestra propia voluntad, los gustos, los deseos, los afectos… sin dejarnos llevar por toda la sobreinformación continua que recibimos a diario.

Ya sabemos que estáis pensando que ir contracorriente con lo que la sociedad “impone” es agotador y muy difícil. Pero también sabemos que queréis a vuestros hijos con locura y lo hacéis por ellos.

Nos comentaba una persona hace unos días que cuando era pequeño escribía la carta a los Reyes Magos y, en muchas ocasiones, le traían algo de lo que había pedido, pero en otras ninguna cosa de lo que había escrito.

En estos momentos con los diferentes problemas de transporte y la dependencia que tenemos de los países asiáticos para determinados materiales, los medios de comunicación no hacen más que transmitirnos que hay grandes problemas de abastecimiento.

Con todo ello, nos hemos vuelto locos y estamos comprando por internet directamente a la fábrica para que nos envíen el producto exacto con unos elevados costes de transporte para que el “gran día” ese juguete no falte…

¿No pensáis que nos está llevando la corriente? ¿De verdad es necesario hacer todo eso? ¿Quizá lo podamos simplificar?

Como decíamos al comienzo, esto no es un trabajo de un día. Ser libres para no depender de lo material y, sobre todo, para que nuestros hijos no lo sean es un largo recorrido.

Por eso debemos confiar en estos momentos que el trabajo que hemos ido haciendo tenga sus resultados.

Algunas cosas prácticas:

  • Evitar continuamente comprar golosinas, juguetes pequeños de poco valor, productos de consumo que contienen regalos etc. El exceso de caprichos va creando en nuestros hijos el hábito de obtener de inmediato lo que desean.
  • Las personas valoramos las cosas que conseguimos con esfuerzo. Nuestros hijos también lo valoran y el conseguirlas con esfuerzo les ayudará a ser capaces de esperar para conseguir algo, sin buscar la satisfacción inmediata, y tendrán más ilusión por ella.
  • Revisad de vez en cuando con ellos qué cosas utilizan y cuáles han dejado de utilizar hace mucho, ver en qué estado se encuentran y qué podemos realizar con ellas (segundo uso, donación, reciclado…).

Nuestros hijos tienen el derecho de pedir y los padres tenemos el derecho de decir que no. Sabemos que les ayuda a la adquisición de valores, tolerancia a la frustración y control de la espera, entre otras cosas.