El verdadero sentido de la Navidad

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¿Cuál es, realmente, el verdadero sentido de la Navidad? ¿Cómo se celebra en cada uno de nuestros hogares y qué finalidad tiene?

Cada familia vive estos días de manera distinta, ya que cada uno lo siente de forma diferente

La Navidad no se celebra igual en cada familia, sino que tiene un enfoque diferente. Para algunas el verdadero sentido de la Navidad es el nacimiento del Niño Jesús, por lo que tiene una base religiosa.

En este caso, es importante ser coherentes con lo que se piensa y enseñar a los hijos el significado que la Navidad tiene para ellos centrando la atención en la celebración de la llegada de Jesús. Alrededor de este sentido gira la celebración, comidas, regalos, etc., y todo ello por un motivo concreto que debe estar presente y no hay que olvidar.

Para otras familias, la Navidad es un momento de magia, ilusión y oportunidad de estar en familia. Esta oportunidad debe vivirse y resaltarse como lo prioritario y que los hijos aprendan a vivir la Navidad dando protagonismo a la esencia de la familia, a compartir y vivir momentos y a desarrollar la ilusión de querer compartirlos.

Tanto en un caso como en el otro, la base común es la celebración. La causa de esa celebración es diferente, pero en ambos casos se celebra algo.

En los dos tipos existe un punto en común, los regalos. Es verdad que para los niños es una gran ilusión y, por lo tanto, resulta un momento especial, al que se le da mucha importancia, pero reducir la Navidad a los regalos es limitar al niño de la oportunidad de desarrollar valores que le van a enriquecer como persona y le van a dar una felicidad mucho más intensa que la inmediatez de los regalos.

La Navidad como momento de desarrollo de valores:

  • Transmitir ilusión a los niños por estas fechas especiales

La ilusión se contagia y se transmite. Los padres son los mayores responsables de crearla y transmitirla en casa.

Hay personas que no les gustan estas fechas porque han podido tener o tienen problemas familiares, ausencia de algún ser querido, etc.

Estas situaciones, totalmente entendibles y respetables, deben ser controladas por los padres y pensar que el hecho de que ellos no hayan podido disfrutar de estas fechas de un modo mágico no significa que sus hijos no lo puedan hacer, por lo que es una buena oportunidad para retomar la ilusión o crearla por primera vez.

  • Hacer partícipes a los niños de los preparativos y adornos

Implicar a los niños significa compartir el trabajo para que no recaiga solo sobre los padres.

Es importante hacerles vivir la Navidad como la capacidad de colaborar entre todos para crear un escenario bonito y cuidado para compartir tiempo en familia.

Los preparativos y adornos no son algo externo, sino que sirven para enseñar a los niños la importancia de cuidar los detalles y de dedicar tiempo a que todo esté bien para los demás.

  • Enseñarles a pensar en los demás

Es un momento especial para analizar todo lo que tienen y lo afortunados que son por tenerlo.

Tengan mucho o poco, y no nos referimos a lo material exclusivamente, deben saber valorarlo y agradecerlo y pensar en las personas que puedan tener menos.

  • Compartir tiempo en familia

No es necesario hacer planes muy especiales, simplemente se trata de estar juntos sin obligaciones, prisas o responsabilidades.

Se para el reloj para estar con tus seres queridos y darles la máxima atención, afecto y cariño.

Para ello, se puede contar con conversaciones de calidad, juegos conjuntos, paseos en familia, planes comunes, etc.

En todos estos momentos la única prioridad es vivir tiempo y momentos juntos, sin ningún otro tipo de distractor.

Todos estos aspectos se pueden y se deben cuidar durante todo el año y no solo en Navidad, pero contar con un momento concreto nos sirve para:

Parar y frenar el ritmo elevado del día a día.

Reflexionar sobre las cosas importantes de la vida, como es la familia y pasar momentos justos.

Cada Navidad es un stop en la vida de todas las personas y una oportunidad de pensar cómo estamos viviendo para plantearse nuevos objetivos, metas e ilusiones.

María Campo Martínez

Pedagoga / España

Licenciada en Pedagogía. Diplomada en Magisterio de Educación Infantil. Asesora de Eduka&Nature.