Pasos para potenciar la asertividad en nuestros hijos

Enseñarles a decir las cosas en el momento adecuado y con las palabras adecuadas

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La conducta asertiva permite darse a conocer, perseguir nuestros objetivos respetando el derecho de los demás y mantener una relación de confianza con nuestros interlocutores. Educar en asertividad depende fundamentalmente de la familia. No te pierdas este artículo.

Las personas asertivas afirman con certeza y son capaces de hacer aquello que creen

Los padres somos los principales educadores de nuestros hijos, y somos un ejemplo para ellos. Criticar o hablar mal de un familiar o amigo por el motivo que sea, influirá en su educación. Puede ser una ocasión para que podamos pensar cuantas veces rectificamos la intención, a lo largo del día, para tratar a los demás como merecen ser tratados.

El asertividad es el estilo adecuado y propio que todos debemos desarrollar y cultivar.

Es cuando la persona:

  • Demanda sus derechos.
  • Respeta a los demás.
  • Toma en consideración sus necesidades.
  • Expresa sus pensamientos, sentimientos y creencias en forma directa, firme y honesta, sin ser agresiva ni ofender a los demás.

Tomando la definición de asertividad que hacen Neidharet, Weinstein y Conry (1989, p.115): “confianza puesta en nuestra propia persona, en nuestras opiniones, en nuestros derechos y en nuestras reclamaciones, es decir, firmeza que emana de la propia personalidad, es una autoafirmación personal”. Podemos ver la relación directa entre asertividad y autoestima.

De esta forma, la asertividad se considera una habilidad social y por tanto se puede entrenar y practicar; y este comportamiento asertivo va a provocar en la persona una mayor confianza y seguridad consigo misma y con los demás.

Pasos de la conducta asertiva:

1. Escucha activa

Debemos escuchar con atención todo lo que nos diga nuestro interlocutor, para lo cual debemos dar muestras mediante el lenguaje verbal y no verbal de nuestro interés por lo que está diciendo.

Sólo así podemos ponernos en el lugar de nuestro interlocutor (empatía) y comprender verdaderamente lo qué está diciendo para poder rebatir sus argumentos.

2. Decir lo que uno piensa

Hay expresiones que nos facilitan el paso entre la escucha activa y decir lo que pensamos, tales como “sin embargo” o “en cambio”. No debemos emplear la expresión “aunque” pues denota oposición a la argumentación expuesta por nuestro interlocutor, poniéndole en una situación demasiado defensiva ante nuestros argumentos.

3. Mostrar nuestros deseos

Es el momento de indicar los resultados que pretendemos de forma clara y directa.

Estrategias asertivas y técnicas

Vamos a sugerir unas estrategias asertivas y técnicas que son muy útiles en las interacciones sociales cotidianas. Con la práctica, muchas de estas técnicas son automatizadas y no requieren por lo tanto una atención concreta cada vez que se usan.

Cuando llegan a formar parte del repertorio de conductas y están interiorizadas, su uso se hace prácticamente de forma inconsciente.

  • Lenguaje corporal adecuado.
  • Dialogo interior positivo.
  • Conducción de las críticas.
  • Saber decir “no”.

Todo ser humano tiene derecho a ser él mismo y a expresar sus ideas y sentimientos. Cuando se hace de una manera asertiva se asegura el mayor respeto, tanto hacia los demás como hacia sí mismo.

Acompañemos nuestros hijos a incorporar a su vida la conducta asertiva y verán como poco a poco lograrán más objetivos y de mejor calidad.

Nuestros hijos a partir de los 14 o 15 años están en una edad en la que se están entrenando en una mayor autonomía a la hora de defender su opinión, respetando la opinión de los demás.

No sólo es importante que expresen qué es lo que quieren nuestros hijos, sino hacerles entender que su opinión no debe ser impuesta, y que la del resto es tan valiosa como la suya.

Patricia Cigaran

Experta en Educación / España

Experta en Educación Familiar con más de 20 años de experiencia en la dirección de colegios infantiles.