Smartwatches y pulseras de actividad: ¿Son convenientes en la infancia?

Claves para entender cómo funcionan estos dispositivos y si son realmente necesarios

ninos-smartwatch-pulsera
5/5 - (3 votos)

Los smartwatch y las pulseras de actividad son wearables electrónicos muy de moda que tienen muchas funcionalidades útiles, pero ¿son realmente necesarios en la infancia? ¿Cuál es mejor? ¿A partir de qué edad se los podemos regalar?

¿Qué diferencia hay entre smartwatch y pulsera de actividad?

Un smartwatch es un reloj inteligente que posee la particularidad de vincularse y sincronizarse con el smartphone. De esta manera, ofrecen muchas más funcionalidades que ver la hora, ya que permiten ver lo que ocurre en nuestro teléfono sin necesidad de sacarlo (ideal para sitios en los que no se puede usar móvil).

Para elegir, lo primero es saber de qué estamos hablando exactamente

Además, incorporan GPS, permiten escuchar música, recibir notificaciones y actualizar tu estado en las redes sociales, tener conexión telefónica… Todo un sinfín de posibilidades, siempre que esté correctamente conectado al smartphone.

Por su parte, una pulsera de actividad es un dispositivo que llevamos en la muñeca y que registra nuestro movimiento mediante un acelerómetro interno. Los datos que aporta son procesados por un algoritmo que es capaz de clasificar el tipo de movimiento que estamos haciendo.

De esta forma podemos saber las distancias que hemos recorrido y las calorías consumidas en función de la edad, peso, altura y sexo. También se encargan de registrar datos durante el descanso nocturno para darnos información sobre la cantidad de horas de sueño y la calidad de este.

Ventajas de las pulseras de actividad

Además, las pulseras de actividad pueden tener otras muchas funcionalidades como:

  • Recibir notificaciones de llamadas o de mensajería instantánea procedentes del móvil.
  • Medir la frecuencia cardiaca.
  • Motivarnos al fijar una meta diaria del número de pasos que quieres hacer o de las calorías que quieres quemar.
  • Alertas por inactividad para evitar el sedentarismo.

¿A partir de qué edad puede un niño usar un smartwatch o una pulsera de actividad?

Los smartwatches están pensados para chicos y chicas un poco mayores que ya tienen un smartphone ya que la mayoría de sus funcionalidades van unidas a este. Por eso, están más pensados para adolescentes desde los 12 años que empiezan a usar mensajería instantánea, redes sociales, internet…

Mientras que las pulseras de actividad se pueden usar desde antes. En el mercado puedes encontrar algunas más sencillas pensadas para niños desde los 4 años.

No obstante, ambos son dispositivos electrónicos que hay que saber manejar. En el caso del smartwatch, además, hay que tener en cuenta los posibles riesgos por su conexión a internet. Por eso, a la hora de decidir si le regalas a tu hijo alguno de estos wearables debes tener en cuenta no solo la edad de tu hijo, sino también su responsabilidad y madurez. Si no va a saber usarlo, lo va a desaprovechar o incluso le va a poner en riesgo, es mejor que esperes y se lo compres más adelante.

¿Qué es mejor en la infancia, smartwatch o pulsera de actividad?

Esta es una pregunta que solo tú puedes responder ya que conoces mejor que nadie a tu hijo y sus necesidades. Para empezar, un smartwatch solo tiene sentido si tu hijo ya tiene un smartphone. Si no es así, es mejor una pulsera de actividad. Asimismo, estas últimas son más aconsejables para niños más pequeños. Algunas más sencillas se pueden usar desde los 4 o 5 años.

Las pulseras de actividad también son más útiles para deportistas, sobre todo si está entrenando para alguna prueba o competición determinada y quiere mejorar sus marcas. En resumen, aunque son gadgets similares, no son exactamente iguales, por lo que la elección de uno u otro dependerá de la edad del niño, su madurez, el uso que le quiera dar, etc.

Muchas veces cedemos a los caprichos de nuestros hijos e hijas o queremos darles todo lo mejor y confundimos ese concepto con regalarles todo aquello que nos piden, sea conveniente o no. Por eso, antes de comprarle un smartwatch o una pulsera de actividad piensa si realmente la necesita, si la va a saber usar, para qué la quiere… Puede que todavía no esté preparado para estos dispositivos electrónicos y le valga con un reloj normal.

¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir un wearable tecnológico?

  • Resistencia. Un modelo muy frágil en manos de un niño o chico no es una buena idea. Es probable que dure poco tiempo.
  • Tamaño. No debe ser muy grande y tiene que poder ajustarse a la muñeca de tu hijo.
  • Facilidad de uso. Debe ser fácil de manejar ya que tiene que ser utilizada por el niño sin depender de un adulto constantemente. Hay que elegir un modelo acorde a las capacidades o edad del niño.
  • Material. Debe ser suave para evitar que pueda rozar la piel del niño.
  • Acuático. Solo con lavarse las manos puede que la pulsera acabe completamente empapada. Eso sin olvidar los típicos descuidos de meterse al baño con ella o incluso en la piscina. Por lo tanto, lo recomendable es que ofrezca resistencia al agua.
  • Duración de la batería. Cuanto más dure, mejor.
  • Juegos. Algunos modelos incluyen juegos muy sencillos que pueden servirles para entretenerse en determinadas situaciones como viajes.
  • Música. Otro gran atractivo es que los niños puedan cargar o conectar su propia música.
  • GPS. Nos ayuda a tener localizado siempre al niño, algo muy útil si se pierde o le pasa algo.
  • Botón SOS. Aquellos modelos pensados para el control de los más pequeños, pueden incluir un botón de SOS para que el propio niño lo pulse en caso de necesitar ayuda.
  • Funciones. Ten en cuenta las funciones que ofrece para saber si se adecúa a lo que buscáis.
  • Precio. En el mercado existen todo tipo de precios, todo depende de las necesidades de cada uno y el presupuesto que tengamos.

Irene García Pérez

Periodista / España

Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.