El 8 de junio de cada año se celebra El Día Mundial de los Océanos. Como toda efeméride, se trata de una gran oportunidad para concientizar sobre la importancia de los océanos en nuestra vida cotidiana y en el equilibrio del ecosistema global. Esta fecha fue establecida en 1992 durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, Brasil. Desde entonces, se ha convertido en una plataforma internacional para abordar los desafíos que enfrentan los océanos, como la contaminación, la acidificación, la sobrepesca y el cambio climático, así como para promover la conservación y el uso sostenible de estos recursos vitales.
Cuidar los océanos es crucial para el bienestar de nuestro planeta y de todas las formas de vida que dependen de ellos, incluidos los seres humanos, por supuesto.
Qué podemos hacer desde nuestro hogar
1. Reducir el uso de plásticos:
El plástico es uno de los mayores contaminantes de los océanos. Muchos de nosotros, por no decir todos, hemos visto aquellas imágenes de peces o mamíferos marinos con tiras de plástico alrededor del cuerpo o cuello, por tal solo citar un ejemplo.
Reduzcamos el consumo de plástico de un solo uso, como bolsas de plástico, botellas de agua y pajitas, y optemos por alternativas reutilizables, orgánicas y no descartables.
2. Reciclar correctamente:
Reduzcamos el uso del plástico, claro que sí, pero de usar alguno, asegurémonos de reciclar adecuadamente los productos de plástico y otros materiales para evitar que terminen en los océanos.
3. Participar en limpiezas costeras:
Unirnos a actividades de limpieza de playas y costas en nuestra comunidad puede representar un cambio importante en nuestro ecosistema marítimo más cercano. Esto ayuda a prevenir que la basura llegue al océano y a concientizar a otros sobre el problema, ayudando a su vez de forma local.
4. Consumir pescado responsablemente:
Elijamos pescado y mariscos que provengan de fuentes sostenibles y pesca responsable. Esto ayuda a proteger las poblaciones de peces, a desmotivar el cultivo ilegal y a mantener la salud de los ecosistemas marinos.
5. Ser consciente de los productos químicos
Utilicemos productos de limpieza y cuidado personal que sean biodegradables y respetuosos con el medio ambiente para evitar la contaminación química en los océanos, puede parecer una pequeña contribución de nuestra parte, pero no por eso resulta menos significativa.
6. Apoyar políticas y acciones de conservación marina:
Informémonos sobre políticas, acciones, organizaciones y movimientos que promuevan la protección de los océanos y apoyemos iniciativas locales, nacionales e internacionales que trabajen hacia esta meta.
7. Educación y concientización:
Aprender sobre los océanos y compartir el conocimiento con otros, es necesario. Cuanto más sepamos todos sobre los desafíos que enfrentan los océanos, más preparados estaremos para protegerlos y más motivación se generará para hacerlo.
Puede sonar trillado, pero la realidad es que cada pequeña acción cuenta cuando se trata de cuidar nuestros océanos y, por ende, nuestro planeta. Adoptar hábitos más sostenibles y tomar medidas para reducir nuestra huella en el medio ambiente puede marcar una gran diferencia. Y si bien sumarnos a organizaciones o movimientos que se centran en el tema, que mejor lugar que empezar por los hábitos cotidianos: por casa.