¿Cómo nacen los dibujos animados y por qué atraen tanto?

Curiosidades históricas y características fundamentales de los personajes amados por grandes y chicos

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Si hay algo que une la infancia de las generaciones de hijos, padres y hasta abuelos son los dibujos animados. El arte de disfrutar aquellas imágenes que cobran vida y movimiento para sorprender y emocionar una y otra vez no son algo de las últimas décadas. De hecho, su importancia histórica es tan grande que… ¡Incluso fueron la antesala para el mismísimo arte cinematográfico!

La personalidad de los personajes que consume el público juvenil suelen ser muy fáciles de identificar

Así es como a lo largo del siglo XIX, las primeras imágenes en movimiento surgen gracias a ciertos dispositivos específicos como el taumatropo o el fenantiscopio, apoyados en los principios de la óptica.

El primero, por ejemplo, consistía básicamente de dos placas o papeles contrapuestos con imágenes como las de un pájaro y una jaula. Al colocar en sus extremos dos cuerdas y tirar enérgicamente de ellas, la propia cinética generaba la ilusión óptica de “fusionar” ambas imágenes en una.

¡Es decir que, gracias al movimiento, por unos instantes el pájaro mágicamente se encontraba dentro de la jaula! ¡Y este artefacto para “crear” dibujos animados hasta el día de hoy puede construirse de forma simple y casera en nuestro propio hogar!

De no ser por estos avances fundamentales hace más de 150 años, no podríamos disfrutar de dibujos animados de Disney como Mickey, Tom y Jerry, Frozen, Shrek o Toy Story. ¿Pero sabemos por qué, de todos los rangos etarios, son los públicos infantiles y juveniles los que más buscan este tipo de entretenimiento? ¿Qué características los vuelven tan irresistibles y familiares para ellos?

Son muy llamativos visual y sonoramente

Aunque parezca obvio, no podemos dejar de mencionar que los personajes de dibujos animados pueden atraer la atención muy fácilmente. ¿Por qué? Gracias a sus cuerpos extravagantes y divertidos, colmados de colores y accesorios. Además, los timbres vocales de sus protagonistas suelen ser prominentes, vívidos o chillones. Esto naturalmente convoca tanto a gente pequeña como jóven, donde lo visual y sonora cobra una relevancia especial.

Los dibujos animados son extremadamente dinámicos

Una de las características propias de los primeros años de vida humana es la de contar con una concentración muy cambiante. Esto se debe a que la curiosidad frenética infantil y juvenil es inherente a sus respectivas etapas. Y los dibujos animados suelen aportar exáctamente esos componentes: personajes movedizos, historias breves narradas en episodios y/o películas a veces un tanto atropelladas. Ese “caos lúdico” es el lenguaje justo y necesario para que nuestros hijos se sientan como en casa.

Tienen personalidades claras que evolucionan

La personalidad de los personajes que consume el público juvenil suelen ser muy fáciles de identificar. Habitualmente, suelen reaccionar y expresar emociones bastante extremas. El ratón Mickey, por ejemplo, tiende a ser sumamente optimista y alegre, mientras que el pato Donald es más quejoso o malhumorado.

Algo curioso y hermoso de estos personajes es que, aún sin perder su esencia original, se ven envueltos en situaciones que los obligan a evolucionar y buscar otras formas de resolver sus problemas; A veces Mickey no encuentra una solución fácilmente y demuestra miedo; Donald aprende a ser más agradecido y gentil con sus amistades. Y esto definitivamente es un maravilloso mensaje de los dibujos animados para las generaciones más pequeñas.

Joaquín Sombielle

Licenciado en Psicología

Docente de piano y lenguaje musical