Cada niño y niña es diferente. Distinta personalidad, gustos, preferencias.. y eso hace que se comporten y actúen de manera diferente. Su forma de ser marcará su manera de relacionarse con los demás a la hora de hacer amigos. ¿Reconoces a tu hijo en alguna de estas categorías?
La amistad es importante para nuestros hijos desde pequeños
Niños con «muy mejores amigos»
Hay niños que distinguen pronto al compañero o compañera con quien siente más afinidad, con quien se siente mejor, con quien más se divierte y que denomina ser «su mejor amigo«.
Tienen otros niños que también consideran amigos, pero no tanto. A éste que denominan “su mejor amigo” es el amigo especial. En cierto modo, esto suele ser general incluso en los adultos. Siempre hay algún amigo que se considera más especial.
Se podría decir, por tanto, que es un proceso normal dentro del concepto de amistad. Pero en edades tempranas, según como se utilice este concepto, puede provocar reacciones de cierto conflicto que se deben observar.
Cuando un niño es denominado “mejor amigo” de otro, esto le fortalece y contribuye a mejorar y desarrollar su autoestima. Está siendo valorado y reforzado, algo que a todos gusta.
Pero el problema surge cuando se discrimina al resto que no son considerados mejores amigos. Es decir, cuando se refuerza demasiado el concepto de mejor amigo por encima del resto de relaciones con los demás niños.
Esto puede provocar reacciones de rechazo. Si se produce sobre un grupo generalmente suelen aparecer conflictos entre el grupo y los dos niños “mejores amigos”.
Estos conflictos dan lugar a aislamiento, algo que se debe evitar porque no es bueno para ellos reducir sus relaciones sociales y amistades a un solo amigo.
Además, es todavía pronto para seleccionar tanto. No han podido experimentar y aprender de la amistad todo lo que esta lleva consigo de forma implícita. Está bien que experimenten la afinidad especial por otras personas, pero siempre respetando a los demás y no aislándose con su mejor amigo.
Otro problema que puede surgir es cuando no existe consenso entre ambos amigos. Es decir, cuando uno elige a otro niño como mejor amigo, pero este no le corresponde eligiendo a otro diferente.
Niños con pandilla
Otro tipo de niños que podemos encontrar son aquellos que enseguida encuentran un grupo donde se sienten cómodos, integrados y aceptados. Desde muy pequeños crean lo que se denomina una pandilla y, desde una temprana edad, desarrollan el sentimiento de permanencia al grupo y, por tanto, de respeto hacia él. Estos dos aprendizajes serán muy positivos para su vida adulta.
En este caso el adulto debe prestar cierta atención en el tipo de relación social que están estableciendo. Deben observar que el grupo no establezca relaciones de exclusión con otros niños o demasiada competitividad o rivalidad entre pandillas, ya que esto puede dar lugar a grandes sufrimientos de los niños afectados.
Niños que juegan con cualquiera
Existen niños que tienen una gran capacidad de relación social. Destacan precisamente por ser muy sociables y tener la capacidad empática de empastar con facilidad con todo tipo de niños con independencia de sus cualidades y características.
Generalmente, son niños con una Inteligencia Interpersonal muy alta. Este tipo de niños se suelen denominar, desde este punto de vista, “fáciles” porque, además de no generar problemas, en este sentido, suelen ayudar a integrar a niños rechazados, hacerles sentirse bien y aceptados. En definitiva, generan buen ambiente social.
Niños líderes
Hay niños que tienden siempre a ser líderes. Buscan gustar al resto, se les ve como un modelo y se les sigue como tal. Suelen tener capacidad de liderazgo, iniciativa, fuerza y poder para generar ideas y capacidad para controlar o manipular a los demás.
Este tipo de liderazgo puede ser positivo o negativo. Hay niños que tiran de otros y que sus actitudes y acciones son positivas lo que hace que se extiendan esas actitudes hacia otros.
En cambio, se pueden encontrar niños con actitudes negativas que contagien a los demás de las mismas generando consecuencias importes que no se deben obviar.
Cuando nos encontramos ante grupos liderados por un niño es importante que el adulto haga el ejercicio de analizar bien el tipo de liderazgo para poner las medidas que se estimen convenientes, con el fin de evitar problemas futuros importantes.
Niños sumisos
Este tipo de niños son muy fáciles de manipular. Suelen tener capacidad para hacer con facilidad aquello que se les dice sin mostrar su propio criterio ni valoración. Se adaptan con facilidad al otro, pero al no hacer juicio ni valoración crítica de lo que realizan son muy vulnerables.
Esta actitud no se considera “sana” desde un punto de vista social, puesto que no desarrollan su propia personalidad y los riesgos que esto conllevan pueden ser realmente peligrosos para el niño.
En este caso, sería conveniente ayudar al niño a desarrollar su propio criterio y darle pautas para poder transmitirlo. Aprender a decir NO.
Niños tóxicos
Parece extraño utilizar esa palabra para un niño. Es cierto que hay niños que logran contaminar y contagiar con sus acciones a otros niños que, si no hubiera sido por ese contagio, hubieran actuado adecuadamente.
Niños que buscan a los tóxicos
Existen también niños que, por tendencia natural, suelen acabar siempre al lado de aquellos que no les aportan cosas positivas, sino que les contaminan negativamente.
Cuando esto sucede es importante tratar de ayudarles a que entren en contacto con otros niños, que les aporte cosas positivas. Facilitarles ese contacto e interacción y no dejarles exclusivamente con ese tipo de relaciones que les puede destruir.
Niños tímidos
Cuando un niño es tímido hay que prestarles una ayuda especial. Un niño tímido suele tener dificultades de relación inicialmente. Una vez que ya conoce a los otros niños no suelen tener ningún tipo de problemas, pero al principio necesitarán cierta ayuda.
Lo importante es entenderles y nunca forzarles. Les ayudará mucho el tener a su lado alguien conocido que les de seguridad. Al tratarse de relaciones sociales es importante que su punto de apoyo, en la medida de lo posible, no seamos los padres.
Se puede buscar apoyos en algún hermano, primo, vecino… que le ayuden a acercarse a los otros niños de forma paulatina.
Niños que no quieren estar con niños
Hay niños que no les gusta estar con otros niños, tienden a estar más con adultos o incluso, a vez, con niños muy bebés. Se sienten más cómodos en esos entornos que con sus iguales. Esto suele sorprender por el hecho de que los niños, en su mayoría, suelen tender a estar con otros niños de forma espontánea.
Ante este tipo de casos debemos tratar de potenciar sus encuentros con otros niños para que aprendan la socialización. Buscar el modo de integrarles y aunque no lleguen a ser muy activos socialmente que por lo menos tengan ciertos momentos de relación social con iguales.
Niños solitarios
Este tipo de niños suelen tender a estar solos siempre. Evitan estar con otros niños e incluso con otros adultos. Suelen sentirse cómodos estando ellos solos sin ningún tipo de relación.
Al igual que el caso anterior, es necesario trabajar con ellos una cierta socialización por ser considerada una característica natural intrínseca al ser humano.
En conclusión, estas primeras manifestaciones de amistad que surgen en esta etapa de infantil les hacen experimentar sentimientos muy bonitos que la amistad conlleva, pero también sus primeros conflictos sociales que es importante ayudar a que se autogestionen internamente, darles herramientas para su asimilación y resolución.