El impacto en la elección de colores que se utilizan en nuestra familia definitivamente es mayor al imaginado. Tanto que existe una ciencia encargada de estudiar sus efectos en la personalidad y la conducta, conocida como colorterapia.
Existe un área especializada que investiga los efectos de los distintos colores en nuestro estado de ánimo
Al momento de querer pensar en la definición de infancia, se nos pueden presentar muchas imágenes en la cabeza, pero sin duda cada una de ellas tendrá algo en particular: ninguna está exenta de color.
Por el contrario, la instancia infantil es una de las etapas donde el estímulo visual se encuentra en lo más alto. No podemos ignorar el nivel de hambre por curiosear que podemos encontrar en el período de la infancia.
¿Qué es la colorterapia?
Sabiendo ahora que los colores son protagonistas indiscutibles en la historia familiar, ¿podemos aprender algo más de ellos? ¿Hay diferencias entre tipos de colores? ¿Tienen un efecto extra por fuera de lo visual? ¿Habrá personas que estudien esto?
Aunque no lo creas, existe un área especializada que se propone investigar los efectos de los distintos tipos de colores en nuestro propio estado de ánimo y conducta llamada psicología del color o colorterapia.
Siendo que los colores son procesados por nuestro cerebro en su totalidad, alcanzan funciones ejecutivas fundamentales como la memoria, generando no solo emociones sino también recuerdos.
Beneficios de la colorterapia
Dentro de los beneficios que podemos encontrar al respecto, se destaca la posibilidad de identificar y asociar fácilmente ciertos rasgos de la personalidad, sin importar sus efectos positivos o negativos.
Y aunque las conclusiones e interpretaciones pueden variar ligeramente entre culturas, se han arribado a ciertos principios constantes a nivel general que podemos destacar a continuación:
Azul
Habitualmente se asocia este color a una sensación de control y serenidad. Podemos encontrarlo con frecuencia en personalidades más bien introvertidas o reservadas, especialmente en dibujos o en la propia escritura.
Por otro lado, se ha encontrado una correlación entre el azul y el desarrollo creativo, particularmente para el caso de las artes visuales y la música.
Conocer esta información puede resultar beneficiosa para ayudar a relajar a niños muy activos. También es importante tener en cuenta que un uso exagerado del azul puede ser demasiado poco estimulante para casos naturalmente calmos, produciendo hasta somnolencia.
Rojo
Por el contrario, encontramos en el rojo una intensidad y vitalidad muy particular y característica, que llevada al extremo puede también derivar en agresividad. Aclarado esto, vale la pena considerar estimularlo dosificadamente en casos de mucha timidez, calma o de poca hiperactividad.
Blanco
Aunque pueda sorprender la respuesta, este color es considerado por una gran mayoría de expertos la mejor opción para estimular la creatividad. El motivo se debe principalmente a que, contrario a lo que se cree, el blanco provoca orden y pureza desde el aspecto visual. Y es aquí donde el famoso “lienzo en blanco” hace su aparición para dar rienda suelta a la creatividad y la imaginación.
Amarillo
Sin duda, uno de las tonalidades más ligadas a la alegría es el amarillo. No solo transmite optimismo natural para quienes lo frecuentan, sino que además incide positivamente en la capacidad de concentración, la extroversión y la sensibilidad. No es casual encontrarlo dentro de espacios de juegos como plazas o peloteros, ya que es uno de los colores más llamativos para la etapa infantil.
Naranja
Podemos encontrar en el naranja un punto intermedio entre el rojo y el amarillo, no solo a nivel visual. Se considera que este color es la mejor opción para trabajar habilidades comunicativas y sociales por su carácter desinhibido, aunque llevado al extremo puede también generar rasgos de impulsividad.
Negro
Existen lecturas interesantes y contrastantes respecto al negro, lo que le da un aura de misterio. Por un lado, muchos lo asocian rápidamente a sensaciones negativas como la insatisfacción, la tristeza o la melancolía. Otros, lo vinculan a una búsqueda de poder y autorrealización. Finalmente, este color puede encontrarse en personalidades rebeldes o fuertes y seguras de sí mismas.
