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Cómo mantener una relación sana de pareja «a pesar de los hijos»

Una inversión para uno y para todos

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La vida de pareja no es fácil y menos después de tener un hijo. Pero es posible preservar en la relación la vida romántica, hijos de por medio y todo. Te dejamos algunos factores a tener en cuenta para encarar con éxito esta carrera compartida.

Toda arista de nuestra vida se verá afectada por esta nueva incorporación a la familia

Un hijo nos cambia la vida. Nuestro mundo, como lo conocíamos, da un vuelco. Un vuelco que no se revertirá jamás, ya que bien sabemos que tener un hijo es un viaje de ida. Toda madre y todo padre que buscan intencionalmente un hijo, es consciente de que su vida será puesta de cabeza. Y el gozo de tener el privilegio de criar ese peque sobrepasa todo dolor de cabeza.

Ahora, una de las áreas que también atraviesa esta vuelta en zamba es nuestra relación de pareja. Sin importar que “tipo” de pareja seamos, la realidad es que un bebe viene siempre con cambio de dinámica bajo el brazo. Eso es lo más hermoso y lo más desafiante a la vez.

Relación de pareja e hijos

Está estudiado que, lamentablemente, muchas parejas no sobreviven a ser padres, manteniéndose en pareja. Muchas veces la vida, la convivencia y la crianza compartida se vuelven muy difíciles.

Sabemos que toda arista de nuestra vida se verá afectada por esta nueva incorporación a la familia, pero entonces: ¿Cómo hacer para que nuestra relación de pareja sobreviva a esta montaña rusa llamada “hijos”?

Suele ocurrir que una de las partes siente que dedica más tiempo al bebé, se encuentra cansada y drenada; mientras que la otra parte de la pareja se siente desplazada y desatendida. Este es un modelo que suele verse y repetirse, pero podemos no caer en él. Es importante que en lo que respecta a las responsabilidades compartidas como el bebé, la casa, el perro, etc., el reparto resulte equitativo y satisfactorio para ambos. El reparto de tareas quita lugar al pase de factura y resentimiento, así como otorga respiro a los padres.

Que los esfuerzos sean parejos ayuda a que nadie explote, se sienta sin fuerzas o quiera renunciar.

Destinar tiempo a la pareja aun en el medio del caos es VITAL.

Sí, se puede. Puede requerir cierto nivel de planeamiento, pero se puede. Cuando el bebe es recién nacido, es probable que los tiempos compartidos sean más de a tres que otra cosa, y que el tiempo compartido recaiga más en ocuparnos juntos u observar en silencio a ese pequeño y novedoso ser.

Pero, a medida que el peque va creciendo, nosotros podemos ir retomando terreno para la pareja. Poder contar con un amigo, abuela, tío o hermana que nos ayude, poder pautar y ser consecuente con la decisión de pasar tiempo juntos, todos factores necesarios para el éxito. Tengo una pareja amiga con tres hijos chiquitos, que han sabido destinar, mínimo, una vez por mes para hacer una salida juntos, solos. Entienden que es super necesario tener esa cita, y la respetan a rajatabla. El compromiso con la pareja es también compromiso con la familia formada.

La individualidad continúa siendo importante, hijos de por medio y todo.

Que puedas juntarte con amigos, salir a jugar al fútbol, tener tu tiempo de esparcimiento personal, es sano. Obviamente: equitativo y con ayuda de la pareja. Pero ambos deberían tener tiempos personales, que no solo benefician a la persona, sino también a la pareja y a la familia.

Genera temas de conversación, nos mantiene activos y motivados, nos conecta con nuestras vidas, nos acerca a otros. Una pareja que no sale del hermetismo probablemente volcara toda cosa vivida y pensada en su compañero, cosa que puede derivar en conflicto rápidamente.

Evitar el distanciamiento

En una época solía circular por redes una ilustración que mostraba dos sillas, una al lado de la otra. Luego, aparece una sillita pequeña en el medio. A ella se suman dos sillitas más. Las pequeñas cosas se hacen grandes y vemos en la imagen cinco sillas grandes, una al lado de la otra. Pero en la siguiente viñeta, las sillas del medio ya no están, mientras que las dos sillas de las puntas quedan distanciadas.

A veces, cuando vienen los hijos, la pareja se distancia inconscientemente, atravesada por las responsabilidades de la vida diaria y familiar. Es importante mantener la comunicación, la pregunta, el interés, la resolución de conflictos, las risas, la cercanía, las relaciones sexuales, la intimidad, el tiempo de calidad juntos a lo largo de la carrera. Un buen día, esas sillitas crecerán y se irán de casa, y solo quedaremos nosotros dos, con todo lo que hemos construido y con lo que no. Invertir en la pareja, es invertir así mismo en la familia, en nuestros hijos, en nuestras vidas.