Foro Compartir en familia
El pasado 23 de marzo contamos con la participación del reconocido conferencista internacional: Alex Rovira, quien abordó la importancia de crear las circunstancias para lograr el bienestar y el fortalecimiento de nuestras relaciones familiares.
Revive su participación virtual con la comunidad de Compartir en familia y obtén las «claves para la prosperidad familiar»
Claves para la prosperidad familiar
La prosperidad es un desarrollo favorable, especialmente, en el ámbito económico y social. Con base en esta definición, debemos ver el desarrollo de la bonanza, la felicidad y la mejora en el contexto familiar; lo que implica, educar, para que, el estado relacional entre el bienestar y la estabilidad económica prosperen en el seno de la familia.
La importancia de la formación y la educación
En muchas ocasiones suele confundirse una con otra. La educación se debería impartir desde los hogares, fundamentalmente, a través de la observación, desde el ejemplo que dan las figuras de referencia, no solo padre y madre, sino también, de todo el núcleo familiar. Hay personas que no han tenido el acceso a una buena formación, no tuvieron la posibilidad de acceder a universidades o a institutos y, sin embargo, son muy bien educadas, con buenos valores. Como contraparte, existen personas que han recibido una excelente formación pero, lastimosamente, pueden resultar maleducadas –por poner un ejemplo, la clase política de todos los países, en donde hay personas que han estudiado en las mejores universidades pero que, suelen tratar con desprecio a las personas del común e inclusive a sus propios equipos.
La prosperidad recae en ser capaces de crear buena formación
Se debe impartir desde el sistema educativo y complementarse en los hogares. Mientras que, la educación se debería mostrar y ejemplarizar en los hogares y complementar en las instituciones educativas.
Cuando hay una dejación de la acción educativa en el hogar y se pretende que, la escuela sea el centro de la formación y de la educación, nos encontramos con comportamientos tan absurdos como el de un padre o una madre yendo a enfrentar a un/a profesor/a cuando ha regañado a su hijo/a porque se ha portado mal. Ahí no puede haber prosperidad. La prosperidad surge cuando hay una buena educación y una buena formación.
Nos encontramos ante una buena persona, gracias a su educación; ante un/a buen/a profesional, gracias a su formación; y ante un/a buen/a ciudadano/a, gracias a la combinación de ambas. Por eso, si queremos prosperidad familiar, no debemos delegar la función solo a las instituciones educativas; tenemos que generar un espacio en el hogar donde les brindemos a nuestros/as hijos/as afecto y cariño, esto los/as hará ser personas empáticas.
También debemos trazarles los límites necesarios, las normas, los principios y los valores que les permitirán gestionar, lo que me gusta en llamar “la sabiduría del no” que, no es más que el saber poner límites, el respetar la dignidad propia y la de los/as demás y el saber gestionar bien la convivencia.