Muchos estudios científicos concluyen que la publicidad influye en las preferencias, hábitos y conducta alimentaria de la población infantil. La exposición a este tipo de anuncios publicitarios a edades muy tempranas está directamente relacionada con una alta probabilidad de que esos niños desarrollen una obesidad. Te lo cuenta la nutrióloga, Elisa Sánchez.
La población infantil es un grupo en situación de vulnerabilidad a los efectos de la publicidad
El 20% de niños entre 5 y 19 años tienen sobrepeso y obesidad a nivel mundial, lo que puede llevar a la aparición temprana de la diabetes tipo 2, del estigma y de la depresión. También se sabe que la obesidad infantil es un factor de importancia para desarrollar obesidad en la vida adulta y sus complicaciones.
El ambiente obesogénico tiene como objetivo central la promoción de bebidas azucaradas, botanas y comida rápida para el consumo infantil y adolescente.
La mercadotecnia incluye estrategias mundiales e inversiones de billones de dólares para posicionar sus productos a través de la publicidad en televisión, cine, páginas de Internet, videojuegos, juguetes y concursos, entre otros medios.
La publicidad y comercialización de productos ultraprocesados con ingredientes críticos (azúcares añadidos, sodio, grasas trans y saturadas) y bebidas azucaradas están directamente relacionadas con el aumento del sobrepeso y la obesidad infantil.
Además, también, los anuncios publicitarios influyen en sus preferencias y se ha identificado como uno de los factores responsables del deterioro de los hábitos alimentarios al promover productos de bajo o nulo valor nutricional.
Estrategia Global sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud
- En 2004 la Estrategia Global sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud aprobada en la Asamblea Mundial de la Salud, destaca que la publicidad de productos ultraprocesados se aprovecha de la credulidad e inexperiencia de la población infantil. Las y los preescolares son incapaces de percibir las diferencias entre un programa y los anuncios. Incluso a los 8 años, aún está en duda que puedan identificar los mensajes tendenciosos y la intención de la publicidad.
- En 2011 la Organización Panamericana de la Salud recomienda que los ministerios de salud de los países desarrollen una política en publicidad dirigida a la niñez y adolescencia. Se recomienda reducir la exposición de niñas, niños y adolescente a la publicidad de productos con alto contenido de azúcar, sodio y grasa.
Actualmente, se han tenido avances como los códigos de autorregulación de la publicidad por la industria alimentaria. Sin embargo, suelen ser laxos y sin ningún criterio nutrimental para definir qué productos podrían ser publicitados y cuáles no.
Niños preescolares
De acuerdo a varias investigaciones, se ha detectado que desde los 3 años de vida, los niños están expuestos a la publicidad de comida rápida y bebidas azucaradas. A esa edad ya pueden reconocer la marca y mencionar que tienen un mejor sabor.
Se realizó el siguiente experimento:
- Compraron y dividieron una hamburguesa de una cadena muy conocida de comida rápida.
- Envolvieron una porción en un papel de la marca y la otra en un papel sin logo.
- Se les pidió que la probaran y decidieran cuál tenía mejor sabor.
Todos eligieron la hamburguesa envuelta en el papel con el logo. De esta forma se evidenció el efecto que tiene la publicidad y las marcas para influir en las preferencias de la población infantil.
Otra investigación:
Se pidió a niñas y niños de 4 a 6 años que probaran y evaluaran el sabor de 2 botanas idénticas. Con empaques diferentes: una envuelta con un personaje conocido y otra sin personaje. El resultado fue que todos y todas prefirieron el sabor de las botanas con el personaje.
Una revisión realizada de 123 artículos científicos concluye que la publicidad influye en las preferencias de los niños y que la exposición a la publicidad de productos ultraprocesados influye en la petición (a mamás y papás) y en el consumo de estos productos. Es decir, influyen en las preferencias, hábitos y en la conducta alimentaria de la población infantil.
En una encuesta realizada en México en 2017:
- El 51% de madres y padres mencionaron que sus hijos o hijas les pidieron “muy/algo” frecuentemente algún producto ultraprocesado anunciado en la televisión o en alguna publicidad.
- El 45% de estos padres o madres aceptaron sentirse fastidiados “muy/algo” frecuentemente por la insistencia de compra.
«Factor fastidio»
Este fenómeno es conocido como “factor fastidio”. Fue detectado por un despacho de publicidad en los años ochenta, donde identificaron que entre el 20 al 40% de las compras de la niñez, fueron realizadas gracias a sus demandas.
Se trata de “fastidiar con importancia». Esto es cuando hay insistencia y además se menciona el beneficio del producto. Por ejemplo: “papá, necesito este alimento porque tiene calcio” más que solo “fastidiar con persistencia” como “papá, por favor, lo quiero, lo quiero” presenta mejores resultados para generar la compra del producto ultraprocesado.
La influencia de la publicidad en escolares y adolescentes se enfoca en tácticas de desafío sustentadas en “tú decides”, e incorporan:
- Elementos emocionales (“eres libre para escoger este producto”).
- Elementos racionales (“nuevas amistades”, “premios de alto valor”).
- Potencian la transgresión (“no hay órdenes”, “vive como quieras”), desafíos (“depende de ti”) y la diferenciación (“marca tu territorio”, “define tu identidad”); lo que hace que el producto sea empático y genere la compra.
Finalmente, la Organización Mundial de la Salud considera que los entornos en donde hay niños y adolescentes deben estar libres de toda forma de promoción de alimentos ricos en:
La población infantil es un grupo en situación de vulnerabilidad a los efectos de la publicidad. Por esta razón requieren protección de toda persona adulta, de la familia, la sociedad y los gobiernos.